El desarrollo y bienestar de los países depende, hoy más que nunca, de su capacidad para generar y gestionar el conocimiento. Para que Colombia pueda vencer su atraso y explotar su potencial, se requieren políticas contundentes desde el Gobierno. Las siguientes son las relacionadas con educación superior.

 

 

 

Asuntos críticos

El país ha recibido varias alertas sobre la necesidad de fortalecer el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, en procura de mayor bienestar social y crecimiento económico. Sin desconocer los avances hechos en el terreno, y que el país está claramente mejor que hace unas décadas, es importante que los candidatos a la presidencia tengan muy claros los puntos críticos de la CTeI, aquellos que necesitan atención prioritaria desde el Gobierno, si el país quiere de veras mantenerse en el camino del desarrollo.


Falta de cultura científica

La ciencia y la tecnología siguen siendo entes distantes y desconocidos para la mayoría de los colombianos. Los grandes medios comerciales no muestran casi ningún interés por estos temas; en la educación primaria y secundaria la investigación aún está poco inmersa en el proceso de aprendizaje y los procesos de divulgación y apropiación social del conocimiento, escasos y espontáneos, no cuentan con casi ningún apoyo del Gobierno. Muchos investigadores siguen alienados y distantes de estos interrogantes sociales. Así, los colombianos (y sus representantes en el gobierno) no conocen la importancia de financiar y promover la investigación.


Financiación insuficiente

Si el país le apuesta de verdad a dar un paso grande para el desarrollo, debe invertirse mucho más en ciencia y tecnología, y que eso se vea reflejado en indicadores claros: mejor dotación para instituciones, centros y laboratorios; amplios programas de formación doctoral dentro y fuera del país; mejores salarios para más investigadores profesionales, más formación inicial en secundaria y pregrado y rubros estables para apropiación social del conocimiento. No es un problema solamente del Estado: tampoco hay suficiente participación de las empresas en la financiación.


Descuido de la formación científica

La atención que las universidades han debido poner en investigación para poder ser consideradas como tal y para acceder a ciertos recursos ha derivado en el descuido de otros aspectos fundamentales de su misión. Así, al estar los docentes ‘de planta’ concentrados en investigación, hay menos atención a la calidad de la formación de pregrado y se deposita el peso en los docentes de cátedra (quienes tienen muchos menos lazos y garantías institucionales).

Baja articulación

La investigación en el país sigue produciéndose principalmente alrededor de individuos o grupos, en un momento en que urge fomentar el trabajo interdisciplinario e interinstitucional, así como la articulación con empresas, gobiernos y comunidades. Esta fragmentación es más grave en las ciencias sociales y humanas, cuyo trabajo y conexiones son esenciales para el impacto social del conocimiento. Faltan políticas definidas que impulsen la colaboración entre centros del Colombia y de otros países.


Competencia perjudicial

Al no existir una estrategia de articulación entre instituciones, la política de educación superior generó una competencia entre universidades y los centros de investigación y desarrollo por los recursos existentes. Los centros de investigación tienen pocos doctores e investigadores de alta calificación y no están suficientemente conectados con todo el sistema académico y productivo del país.

 

Lejos de una masa crítica

Para lograr un salto real en investigación se requiere una masa crítica de investigadores, un numero mínimo de personas con formación e interés científico y apropiadamente vinculadas a instituciones y redes de conocimiento. Esa cantidad permite diversidad en la investigación y mayor probabilidad de desarrollos definitivos. En Colombia se está muy lejos de esa masa crítica, tanto por el bajo número de investigadores como por su dispersión y pocos vínculos.


Política de regalías

La política de fondo de regalías para la CTeI fue lanzada hace tres años con grandes expectativas, pues parecía una buena forma de comunicar la investigación con las necesidades de las regiones. Sin embargo, al entregar gran responsabilidad en el proceso a los entes territoriales, se generó en algunos casos una politización de la ciencia y baja coordinación entre la capacidad de investigación y desarrollo en el país y los intereses propios de los gobernantes regionales.


Debilidad de Colciencias

Colciencias, el organismo más indicado para planear, fomentar y dirigir las políticas de CTeI en Colombia, ha quedado relegado en gran medida a un papel técnico y burocrático. Su estructura y directrices suelen responder más a factores políticos que a las necesidades de la ciencia y del desarrollo nacional. También hay un distanciamiento con los investigadores, debido a desconfianzas de ambas partes. Por ello, se cumple a medias su labor más importante: ser la interfaz y el contacto principal entre el gobierno, los investigadores, la empresa y el actor más importante: la comunidad.


Propuestas de la academia

 

Niños en búsqueda de la ciudadanía territorial

Créditos

Coordinación: Equipo periodístico UdeA Noticias. Luz Adriana Ruiz Marín/ Juan Diego Restrepo Toro/ Pedro Correa Ochoa / Ana María López.

Diseño gráfico y montaje multimedia: Mónica Valencia / Juan Esteban Cano Pineda / Felipe González

Colaboradores: Elizabeth Otálvaro Vélez - Facultad de Derecho y Ciencias Políticas / Sergio Urquijo - Vicerrectoría de Investigación / Érika Tobón y Stefanía Ramírez Gutiérrez - Vicerrectoría de Docencia / Cristina Torres – Facultad de Educación / Johana Pino – Universidad de Antioquia Televisión / Comunicaciones Facultad de Medicina.

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